Los Pueblos del Municipio
Valdeviejas
Pequeña localidad que en el siglo XIX estuvo integrado en el término municipal de San Román de la Vega. Ahora pertenece al de Astorga, muy cerca de su núcleo urbano, de modo que, desde que se sale de la bimilenaria ciudad por el Camino de Santiago, se divisa a mano izquierda la ermita del Ecce Homo y a la derecha el pueblo, situado a 865 m de altitud.
La ermita, de indudable encanto, data del siglo XVI, a la que inicialmente se puso bajo advocación de San Pedro. En ella hubo un pozo del que los peregrinos se surtían para aplacar la sed. Y como en tantos lugares de la Ruta Jacobea, la leyenda también tuvo cabida. Cuenta que una mujer que se dirigía a Santiago de Compostela se detuvo en ese pozo para coger agua, con la mala fortuna de que su hijo cayó en él. Invocando la madre al Ecce Homo, las aguas comenzaron a crecer, salvando al muchacho. Por este motivo, según la memoria popular, no sólo se cambió el titular de la ermita, sino también se relaciona el hecho con la inscripción que en ella se conserva y que dice: “Echa limosna viajero a este santo Ecce Homo, y al instante verás como sales del atolladero”.
La iglesia parroquial de Valdeviejas, dedicada a San Verísimo, poseyó un buen retablo de principios del siglo XVI, que hoy se encuentra en el Museo de la Catedral de Astorga.
Como parte del camino jacobeo, el pueblo tuvo un hospital de peregrinos cuya existencia se documenta ya en el s. XV, perteneciente a la cofradía de los Mártires de Astorga.
Las fiestas principales de la localidad son las del Ecce Homo, la Sacramental, el primer domingo de agosto, y la de la cofradía de San Verísimo, en honor de ese santo.
Murias de Rechivaldo
Su existencia se remonta cuando menos al siglo XIV, como parte del feudo del marquesado de Astorga. Al igual que otros pueblos de la zona fue pedanía del extinto Ayuntamiento de Castrillo de los Polvazares, hoy absorbido por el de Astorga.
Su primera ubicación se encontraba más cerca del río Jerga, circunstancia que provocó graves inundaciones con motivo de una tempestad, obligando a los moradores a mudarse al lugar actual, en pleno Camino de Santiago.
La localidad ya preludia las peculiaridades de la comarca de La Maragatería, especialmente a través de su singular arquitectura y de la tipología constructiva de las iglesias parroquiales de esta parte de la provincia de León. En este caso es un magnífico ejemplo, con espadaña, cabecera cuadrada y pórtico precedido por un crucero. Está dedicada a San Esteban y data del siglo XVIII. Desde ella, si se continúa por la misma calle que lleva hasta el templo, se podrá disfrutar de una sucesión de casas que conducen hasta un crucero de madera que parece indicar el final del pueblo, y a un antiguo molino que se encuentra sobre las exiguas aguas de una barrera, en medio de una pequeña sauceda. En este recorrido hallaremos el taller artesano de Miguel y Begoña, especializados en construir marionetas.
Castrillo de los Polvazares
Aunque en su día fue cabecera municipal, desde 1975 está integrado en el Ayuntamiento de Astorga.
El acceso al corazón del núcleo nos conduce a la calle Real por un empedrado del siglo XIX, conformada por una magnífica arquitectura popular de la que se conservan casas de labriegos, de arrieros y caserones que se remontan a los siglos XVII y XVIII, motivo por el que el pueblo fue declarado Conjunto Histórico en 1980. Algunas casas blasonadas como la de los Salvadores, Luaces o Rodríguez dan fe de la prosapia de estas gentes y de su acaudalado peculio, conseguido mediante la arriería. A este oficio se dedicaron muchos de sus vecinos a partir del siglo XVI, primero con recuas de mulas y después con carromatos, alcanzando gran fama por su seriedad y honradez. Advertiremos también que aquéllas con portalones de arco de medio punto corresponden a la típica “casa arriera”.
En el extremo de la calle principal se puede contemplar un cobertizo con una serie de columnas, que forma parte de la bolera, otra singularidad por la particular manera en que se desarrolla el juego característico de la comarca: los “bolos maragatos”.
Sobre el caserío se eleva la espadaña de la iglesia, con cabecera cuadrada y un pórtico que ha cobijado el ritual de la interesante “boda maragata”, de amplio valor antropológico. En esta plazuela, se recuerda a Concha Espina, autora de la novela La esfinge maragata. El pueblo cuenta, además, con diferentes servicios turísticos, en algunos de los cuales se puede degustar el “cocido maragato”, así como talleres artesanales de forja y cerámica.
www.castrillodelospolvazares.net
Santa Catalina de Somoza
Pequeña población de la comarca de La Somoza, posteriormente llamada Maragatería, por la que discurre el Camino de Santiago una vez superada la localidad de Castrillo de los Polvazares. Actualmente existe un modesto albergue municipal, que recuerda la vocación hospitalaria de Santa Catalina, pues aquí los peregrinos jacobeos tuvieron cobijo en el que fuera Hospital de Abajo, del que no queda vestigio alguno.
El pueblo es una pedanía del Ayuntamiento de Astorga, del que dista 8 km. Aunque su altitud comienza a ser importante, sus vecinos se dedicaron a la labranza y a la arriería. Como buenos maragatos han sido fieles valedores de sus costumbres, como así se ha hecho en la procesión del 3 de febrero dedicada a San Blas. En ella sólo los hombres tañen las castañuelas. Gran devoción se siente por este santo que es patrono del pueblo y del que se custodia una reliquia en la iglesia parroquial, la cual, dicho sea de paso, está dedicada a la Virgen de las Candelas y San Blas. La segunda fiesta del año es la del Santísimo Sacramento, el segundo domingo de agosto.